Desde siglos anteriores se han utilizado remedios sacados de la naturaleza de todos los tipos para realizar curas, evitar resfriados, dolores de cabeza, abastecerse en el campo etc…
Éstos han sido manejados por nuestros abuelos/ as e incluso llevados a la comercialización en las llamadas Boticas, herbolarios y demás establecimientos.
La duda que se plantea es: ¿Por qué ya tan pocas personas de nuestra generación conocen la utilización de los mismos?
Hay tanta variedad que podemos encontrar desde remedios afrodisíacos hasta remedios para heridas, bronquitis y demás problemas de salud.
Creemos que al verlos en una tienda de belleza, en la que el bote de aloe vera te sale a 20 euros; estaremos mas guapos/as, nos quitarán edad y nuestras relaciones con los otros serán más propicias.
En cambio, nunca nos dará por plantar nosotros mismos aloe vera, cultivarlo y echárnoslo por la piel. Si pensáramos el dinero que nos ahorramos, aprendiéramos a utilizar las plantas y disfrutáramos de ello quizá sabríamos que lo natural es de la tierra no de un laboratorio.
En conclusión, la generación tan colapsada de publicidad, de estrés y de marcas multimillonarias hacen que confundamos lo realmente importante que nos han ido transmitiendo décadas de sabiduría; olvidamos lo natural.